LA IMPORTANCIA DEL CALZADO DE TRABAJO PARA EVITAR PROBLEMAS EN LA ESPALDA

El dolor de espalda es una de las dolencias más comunes en la actualidad. Las rutinas largas y ajetreadas, jornadas de trabajo extenuantes o simplemente las tareas cotidianas hacen que sea muy fácil sufrir  dolor de espalda con regularidad. Hay muchas formas diferentes para poder hacerle frente a este problema y un buen calzado de trabajo es una de las principales.

Para entender en qué medida el calzado influye en nuestra espalda, debemos acostumbrarnos a ver al cuerpo como una estructura organizada, en la que cada una de sus partes se apoya y equilibra sobre la de más abajo, para conseguir un equilibrio de fuerzas y de cargas.

De esta manera y haciendo una analogía con la arquitectura, el pie es como una  bóveda sobre la que se sostiene una columna que es el resto de la extremidad. Las dos extremidades o piernas, se unen formando una nueva bóveda que es la pelvis, y sobre ella se equilibra la columna vertebral. A partir de aquí, es lógico interpretar que cuando una de las partes no está bien apoyada, desorganiza y ‘resquebraja’ al conjunto y, por tanto, puede ser el origen de una lesión tanto muscular como articular fuera del pie.

La espalda, a nivel lumbar, se sostiene sobre un solo disco vertebral, que es pequeño, y soporta el 50% del peso corporal, carga que se ve incrementada cuando transportamos un objeto, tan habitual en el trabajo.

Para que el disco nos dure en buen estado y no suframos pasado el tiempo, debemos valorar si trabaja en equilibrio. Si las bóvedas de soporte no están en equilibrio, se produce una repercusión directa sobre la rodilla y la columna. Por tanto disminuye seriamente la estabilidad de las mismas y consecuentemente su duración y resistencia en el tiempo.

Justamente aquí tienen su origen muchos problemas de desgaste articular, meniscopatias, artrosis y de escoliosis y hernias discales, de los que podemos no ser conscientes hasta que notamos dolor, circunstancia que generalmente llega cuando ya hay lesión, y que muchas veces, con un calzado adecuado, se podía haber retrasado o evitado.

Un calzado adecuado, en resumen, evitaría muchos problemas, como los llamados juanetes, dedos en garra, dolor metatarsal y garantizaría la estabilidad de la rodilla, de la cadera y de la columna.

En este sentido, el calzado de trabajo CODEOR nos garantiza la estabilidad que nuestro cuerpo necesita. Desarrollamos hormas anchas, de tal manera que el pie está holgado y no se presiona en ningún punto, evitando así sobrecargar la espalda puesto que se consigue un equilibrado reparto de peso.

Evitamos además el uso de cuñas dado que éstas provocan que se sobrecargue la parte delantera del pie, de hecho, nuestra manera natural de caminar es como nacemos, en plano.

El quiebre de la plantilla consigue además un buen apoyo plantar.

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